Hábitos saludables para fortalecer tu sistema inmunitario

Con la pandemia de COVID-19, las personas hemos descubierto más que nunca la importancia de tener unas buenas defensas. Nuestro sistema inmunitario es la primera barrera frente a cualquier tipo de infección que nos puede causar un problema de salud, desde un molesto catarro a algo más grave. Por ello, te presentamos una serie de hábitos saludables para fortalecer tu sistema.

El sistema inmunitario actúa a modo de un pequeño ejército que nos defiende en caso de ataque enemigo. Para que este ejército sea efectivo frente a las infecciones, debemos entrenarlo para que actúe de manera rápida y eficaz.

Para ello existen una serie de hábitos y consejos que son buenos para poder fortalecer nuestro sistema inmune. Si quieres saber cómo, solo tienes que seguir leyendo.

¿Qué es el sistema inmunitario?

Cuando hablamos de sistema inmunitario, nos referimos a un conjunto de tejidos, células y proteínas que participan en la respuesta del organismo ante elementos extraños. Estos elementos pueden ser desde alérgenos a virus y bacterias.

Estos tejidos y células, entre las que destacan los linfocitos, o células de defensa, se encargan de reconocer al invasor, atacarlo y proporcionar una memoria inmunitaria para poder actuar con mayor rapidez la próxima vez que el agente haya sido derrotado.

Aunque quizá no lo sepas, los linfocitos también juegan un papel muy importante en la prevención del cáncer: existen unas células de defensa especiales que se llaman células NK (del inglés natural killer), que actúan como la primera línea de defensa frente al desarrollo de tumores. Por desgracia, la mayoría de los cánceres ocurren cuando este tipo de células falla.

Así pues como hemos podido ver, un sistema inmunológico fuerte y sano nos protege de diferentes enfermedades tales como reacciones alérgicas, infecciones, o un tumor. Por ello, es capital proteger su salud.

Cómo saber si nuestras defensas están bajas

Cuando el sistema inmune no funciona como debería, nuestro cuerpo emite una serie de señales o síntomas que indican que nuestras defensas no están pasando su mejor momento. La bajada de defensas se puede manifestar de diversas maneras, entre las que destacan:

  1. Infecciones recurrentes y que tardan en curarse.
  2. Lenta cicatrización de algunas heridas.
  3. Sensación de fatiga y cansancio generalizada .
  4. Gastroenteritis habitual.
  5. Inflamación de las encías.
  6. Dolores y calambres musculares.

Lo más importante: una buena alimentación

Como habrás podido deducir, lo más importante para un sistema inmunitario saludable pasa por una correcta alimentación. Una dieta sana y equilibrada, a base de alimentos no procesados es indispensable para mantener un sistema inmune en buena forma.

Aunque el consejo general pasa por una buena alimentación, lo cierto es que hay unos alimentos concretos que ayudan a aumentar las defensas y que deben estar presentes en nuestra alimentación diaria.

Entre los alimentos claves para la mejora de nuestro sistema inmunitario destacan algunas frutas y verduras: Cítricos, fresas, arándanos, espinacas, pimiento, brócoli, kiwi, etc. Las frutas aportan una serie de complejos vitamínicos esenciales para el mantenimiento de nuestras defensas.

También es esencial la ingesta de ácidos grasos omega 3. Estos los podemos encontrar en grandes cantidades en pescados como el salmón, la caballa o el atún.

Además, se habla de las propiedades antibacterianas de algunos “superalimentos” tales como el té verde, el chocolate negro, la granada y, cómo no, el ajo, el jengibre y la cúrcuma. Estos tres últimos son conocidos también por su espectacular poder antiinflamatorio.

Otros hábitos saludables para fortalecer tu respuesta inmune

Al margen de nuestros hábitos alimentarios, existen una serie de consejos relativos a nuestro estilo de vida que cumplen un papel fundamental para cuidar de nuestras defensas. Así pues, existen una serie de hábitos qué podemos adoptar para favorecer la respuesta de nuestro sistema inmune ante cualquier amenaza. Entre estos hábitos destacan:

Descansar bien

Un descanso adecuado y dormir entre siete y ocho horas diarias contribuye a recuperar los niveles de linfocitos adecuados para mantener una defensa sólida frente a infecciones según numerosos estudios. La falta de sueño está relacionada también con la prevalencia de algunas infecciones.

Así pues, si queremos que nuestro sistema inmune esté en buen estado lo mejor es que le demos a nuestro cuerpo el descanso adecuado después de un largo día: nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras defensas lo agradecerán.

Mantén un estilo de vida activo y practica ejercicio de manera regular

No es ningún secreto que practicar ejercicio de forma regular y en la medida de nuestras posibilidades tiene un gran beneficio en todos los campos de nuestra salud. Por supuesto, nuestro sistema inmune no queda al margen de este beneficio: hacer deporte mejora nuestras defensas.

Mantener un estilo de vida activo y hacer ejercicio puede ayudar a la renovación de las células inmunitarias y, por tanto, a una mejor respuesta frente a infecciones y enfermedades oncológicas según han demostrado diversos estudios.

Además, la actividad física puede ayudar a eliminar bacterias y virus de las vías respiratorias, reduciendo así las probabilidades de contraer enfermedades de tipo respiratorio como la gripe, los resfriados o el coronavirus.

Cuidar de nuestra salud mental

De manera reciente numerosas personas y organizaciones de todo tipo están poniendo sobre la mesa la importancia de cuidar la salud mental. Pero, ¿sabías que las emociones tienen un plan impacto sobre nuestra salud inmunitaria?

Según un gran número de investigaciones, las personas que sufren de estrés son más propensas a tener una peor respuesta inmune a las infecciones. Así pues, evitar el estrés y cuidar de nuestra mente es también una buena manera de cuidar del resto de nuestro cuerpo.

Como hemos podido ver, para mantener una respuesta inmune sana lo más importante es una buena alimentación y seguir una serie de hábitos de vida saludables. Con apenas implementar alguno de estos hábitos, podemos mejorar nuestro sistema de defensa corporal de forma notable.

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