Ciudades del futuro: ¿hay sitio para las personas mayores?

Las ciudades en las que vivimos han sufrido enormes y notables cambios a lo largo de la historia, un cambio que no se detiene. Si en el pasado nos trasladábamos a pie o en carro, pronto la irrupción de los vehículos a motor transformó de forma radical nuestras ciudades, restando espacio a los peatones. ¡Hablemos de ciudades del futuro!

Los problemas de movilidad son uno de los principales retos a los que se enfrentan las ciudades del presente y del futuro. Hoy en día, los cambios en las ciudades van en la dirección de hacerlas más habitables y humanas, siempre con la ayuda de la tecnología a nuestra disposición.

En este post queremos preguntarnos cómo el diseño de las ciudades del futuro afectará a la vida de las personas seniors que las habitan. Si deseas saber más, sólo tienes que seguir leyendo.

¿Cómo serán las ciudades del futuro?

Las ciudades son un elemento vivo que está en constante cambio y evolución. Aunque las ciudades son hechas por las personas, el modo en el que están diseñadas determina cómo sus habitantes se relacionan, se mueven y, en definitiva, viven.

El gran reto de las ciudades del futuro será integrar a la diversidad de sus habitantes para que compartan el espacio público de manera equitativa y eficiente. Este reto se puede conseguir con la ayuda de las tecnologías de la información, tales como el big data que nos proporciona una red de sensores colocados por toda la ciudad.

El internet de las cosas es el futuro de las ciudades. Este término hace referencia a una gran cantidad de mobiliario urbano, sensores y hasta vehículos conectados a internet que pueden ofrecer en tiempo real una gran cantidad de información útil para los ciudadanos.

Las ciudades inteligentes

Las llamadas ciudades inteligentes o smart cities son urbes que integran la tecnología para resolver los problemas más comunes de la ciudad tales como limpieza, movilidad o incluso atención social.

El caso de los adultos mayores es paradójico. Normalmente asociamos a la etapa sénior a un retiro dorado en una casa de campo, pero lo cierto es que son numerosos los seniors que vuelven a la ciudad una vez inician su jubilación. Las razones de esto son la variada oferta de ocio que ofrecen las ciudades, la escasa dependencia del coche y una mayor movilidad peatonal, entre otros.

Para las personas séniors las ciudades del futuro pueden suponer un evidente salto de calidad de vida, que sin embargo requiere atención. A menudo, la idea de una ciudad entera operando con dispositivos conectados a Internet de las cosas puede parecer un tanto distópica y complicada.

No obstante, bien aplicada y con grandes dosis de información y concienciación, la tecnología puede ayudar a los séniors a vivir la ciudad de una manera más amigable, establecer relaciones sociales de manera más sencilla y en definitiva, ayudarles a vivir una mejor experiencia como vecinos de su urbe. ¿Cómo será esto posible? Lo veremos a continuación.

Un nuevo diseño para los espacios públicos es una cuestión clave

Una de las claves para mejorar la presencia de personas mayores en el espacio público de las ciudades es rediseñar dicho espacio. Estos rediseños deben ir en la dirección de hacer la ciudad más amigable y menos hostil para los peatones séniors.

La idea básica es mejorar la ciudad de modo que sea más sencilla de recorrer caminando. Esto pasa por eliminar las barreras arquitectónicas tales como escaleras o pendientes empinadas y hacer las aceras más anchas y de pavimento más suave que evite tropiezos y caídas.

Estos son solo algunos de los ejemplos que pueden hacer que las personas mayores se muevan con mayor facilidad por las ciudades. Todo esto es un enorme reto en el ensanche y extrarradio de ciudades como Madrid, donde el diseño de sus calles no tuvo en cuenta el espacio necesario para los peatones y habitualmente son de acera estrecha.

Dentro del transporte público, las ciudades están diseñando nuevos autobuses con mayor espacio reservado a personas mayores, así como marquesinas adaptadas.

Ayuda para personas con discapacidad

Así pues, otra de las respuestas que se están realizando es la de hacer la vida más fácil a las personas con enfermedades neurodegenerativas tales como demencia Parkinson o Alzheimer. Para estas personas, una cartelería claramente comprensible y unos patrones reconocibles en los edificios de su entorno les ayudan a orientarse mejor y a ser más independientes.

Por ejemplo, algunas comunidades de jubilados pintan las puertas de manera personalizada en aquellos lugares donde viven personas con problemas de memoria, ya que de esta manera reconocerán fácilmente su hogar. 

En conclusión, se puede mejorar enormemente la vida de las personas con problemas neurodegenerativos con un poco de ingenio.

El uso de la tecnología y las personas sénior

¿Qué papel puede jugar la tecnología en todo esto? las respuestas son variadas y las soluciones, bastante ingeniosas.

Por ejemplo, a la hora de cruzar la calle, se puede aplicar el internet de las cosas a los semáforos. Una aplicación enviaría señales a dicho semáforo, ajustando el tiempo de cruce a las necesidades de las personas con dificultades de movilidad.

En algunas ciudades los adultos mayores tienen a su disposición aplicaciones que les permiten combatir la soledad y conectar con más gente. Otras utilizan tecnología de sensores para controlar la salud de las personas seniors y ofrecer consultas telemáticas si fuese necesario.

Conoce la iniciativa «Ciudades amigas de las personas mayores»

Aunque son variadas las iniciativas gubernamentales a la hora de fomentar la participación de las personas sénior en el espacio público urbano, una de las más destacadas la ha promovido la Organización Mundial de la Salud (OMS). Su objetivo es impulsar iniciativas que aborden la “independencia, participación, dignidad, cuidado y autorrealización” de los adultos mayores dentro de las comunidades urbanas.

En esta línea, la OMS aboga por implementar políticas que apoyen un transporte público y privado accesible, oportunidades para el compromiso cívico, cultural y educativo, espacios sin barreras (tanto interiores como exteriores) así como información útil y accesible para las personas mayores.

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