El Alzhéimer es probablemente la enfermedad neurodegenerativa que más presente está en la conversación pública. Esta condición la sufren millones de personas cada año, y de momento no tiene cura, aunque en los últimos años se han dado algunos avances científicos muy relevantes que están ayudando a prevenir el alzhéimer.
Según la sociedad española de neurología, hasta un tercio de los casos de alzhéimer podrían prevenirse evitando una serie de factores de riesgo que lo causan. Si deseas saber más sobre cómo puedes incorporar hábitos que prevengan la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, solo tienes que seguir leyendo este artículo.
La enfermedad del Alzheimer es una condición neurodegenerativa del cerebro que está causada por la pérdida de una sustancia (la mielina) esencial para la comunicación entre las células nerviosas. A consecuencia de esta pérdida, se produce una disminución progresiva del aprendizaje, la memoria y el pensamiento.
Aunque originalmente las causas del alzhéimer eran un misterio, las últimas investigaciones neurológicas indican que se debe a la acumulación de una proteína (la beta – amiloide) en el cerebro, que inhibe la correcta síntesis de mielina.
El alzhéimer ha ido ganando en prevalencia según los seres humanos hemos ido siendo más longevos. Aunque la mayoría de los casos se presentan en personas mayores de 65 años, puede llegar a darse en personas más jóvenes.
Según numerosas revistas especializadas, los principales factores de riesgo que aumentan la probabilidad de contraer alzhéimer son la diabetes, la hipertensión, la depresión, la obesidad, el tabaquismo y una vida sedentaria.
En consecuencia, al igual que ocurre con otras enfermedades neurodegenerativas, conviene conocer estos factores de riesgo y evitarlos para reducir la probabilidad de contraer enfermedades en un futuro, así como para prevenir el alzhéimer.
A continuación, citaremos algunos hábitos saludables que puedes incorporar a tu día a día para evitar la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
Como decían los romanos: mens sana in corpore sano. El mantenimiento de un estilo de vida saludable y un físico sano es condición indispensable para una correcta salud cerebrovascular. Si practicamos ejercicio cardiovascular de forma frecuente (correr, caminar rápido, ciclismo, nadar, etc.) aumentamos el riego sanguíneo en nuestro cerebro, previniendo de manera determinante las enfermedades neurodegenerativas.
Además, es importante tener claro que una buena salud cardiovascular es la clave para tener un sistema nervioso sano. Factores como la obesidad, la tensión alta o la diabetes tienen un impacto altamente negativo en tu cerebro.
El tabaco es un hábito nocivo que afecta a numerosos aspectos de nuestra salud, incluyendo el neurológico. La evidencia científica demuestra que el hábito del tabaquismo aumenta la probabilidad de desarrollar deterioro cognitivo grave. Así pues, si necesitas un motivo extra para dejar de fumar, piensa en tu cerebro.
Lo mismo se puede decir de las bebidas alcohólicas. Está más que demostrada la relación entre un consumo elevado de alcohol y el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como la demencia. Así pues, es importantísimo reducir o eliminar nuestra ingesta de bebidas alcohólicas en la medida de lo posible.
Entre las claves para una correcta salud neurológica, destaca sin lugar a dudas una alimentación saludable.
Aunque todos conocemos a grandes rasgos en qué consiste esto, conviene recordar las principales pautas para una alimentación sana:
Para evitar que nuestra mente sufra un deterioro progresivo, es importante ejercitarla como un músculo más. Así pues, tener la mente activa y estar aprendiendo en cualquier etapa de la vida es un factor muy relevante para mantener las enfermedades neurológicas a raya.
Puedes, por ejemplo, apuntarte a cursos para aprender cosas nuevas, jugar a juegos de mesa que desafíen tu mente. También son de gran ayuda las actividades artísticas, cómo tocar algún instrumento o aprender a dibujar.
Cada vez hay más estudios que relacionan lesiones en la cabeza con enfermedades neurodegenerativas. Algunos estudios han demostrado que, por ejemplo, los jugadores de rugby y boxeo profesional tienen una posibilidad mucho más alta de desarrollar demencia que el resto de la población.
Así pues, es muy importante protegernos la cabeza en actividades en las que podamos correr algún riesgo de contusión: utilizar casco cuando vamos en bicicleta, abrocharse el cinturón de seguridad, o protegernos la cabeza en determinadas situaciones de riesgo es muy importante si queremos evitar lesiones que puedan afectar a nuestra salud neurológica.
Dormir bien es una de las claves de la salud cognitiva. Un correcto descanso ayuda a resetear nuestro cerebro, a clasificar y potenciar nuestros recuerdos y, en general, a tener una mejor salud mental. Así pues, dormir bien puede evitar de manera determinante el deterioro cognitivo.
Como hemos podido ver, existen una gran cantidad de hábitos o comportamientos que podemos aplicar a nuestra vida diaria para evitar las enfermedades neurodegenerativas. En general, son todas aquellas cosas que se recomiendan para la salud en general, pero cuyos efectos pueden influir de manera beneficiosa en el correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso.
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